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El comedor

El mueble


Retomo el tema de la decoración que, con tanta reflexión, lo había dejado "apartadito". Quiero que sepáis que este Blog es algo vivo, por lo que vamos a ir construyéndolo día a día, y estoy abierta a qué me propongáis temas, ideas, etc., de los que os apetecería que habláramos. Vuestro feed-back es importante para mí.


Mi amiga Helen quería más cositas de casa, ¡pues sus palabras han sido órdenes para mí!


Ya os he adelantado en posts anteriores que hemos rescatado todo lo que ha sido posible de lo que los anteriores dueños habían dejado. Algunos muebles eran desastrosos, pero había otros que, aunque de antaño (como el paragüero o lo que fuera, re-convertido en rinconera con mis preciosas ramas de eucalipto), eran de buena calidad y hubiera sido una pena no tenerlos en cuenta solo porque no se ajustaban a lo que era mi idea de una casita de campo.


En el comedor todo ha sido RE, menos alguna pincelada.


Los sillones eran los de casa que nos los trajimos corriendo y a trompicones antes del estado de alarma, imaginando ya lo peor.


Una preciosa lámpara, pero muy gigante (cuando digo muy, es muy) que estuvo en el cuarto de M. de bebé, pero por su tamaño no tuvo cabida ya en su nueva habitación (y se tiró en el pasillo de casa meses sin saber dónde podíamos meterla).


La mesa, las sillas, la mesa de la lámpara, el mueble grande, la mesita de enfrente del sofá, era todo color madera y lo único que hice fue pintarlo con pintura a la tiza (si, otra vez) de color Marrón Yute. No os hago la foto de cerca porque a pesar de que el resultado en conjunto ha quedado ideal, lo cierto es que este color en concreto era muy denso y ha sido difícil trabajar la perfección de las superficies. No estoy muy satisfecha, pero espero poder, poco a poco, ir refinando el acabado.


El mega reloj es de Maison du Monde. Lo compré on-line y la verdad es que no me fijé en el tamaño, para que os voy a engañar. Cuando lo vi en vivo y en directo, casi me da algo porque me di cuenta que, muy chula yo, lo compré a pelo sin tener en cuenta sus medidas, por lo que corrí el riesgo de no haberlo podido meter en ningún sitio. Afortunadamente, está perfecto donde está, y ha quedado genial.


La lamparita es del Corte Inglés, que estaba de rebajas y se quedó fenomenal de precio. Cuando la compré, no estaban pintados los muebles aun, pero era ESA (también era de efecto a la tiza of course).


La mesita de enfrente del sofá también viajó (ya os había comentado lo de los muebles viajeros de esta casa); desde abajo a arriba.


Una vez acabé de pintar todo, me pareció que la mesa del comedor se quedaba un poco sosa, y decidí hacer un camino de mesa. Utilicé una loneta sencillita, punto de cadeneta con algunos ovillos que compré y otros que ya tenía (aprovechamiento total). No quería invertir demasiado, porque era la primera vez que hacia punto de cadeneta y no sabía cómo iba a quedar la cuestión. Finalmente quedó en la línea del toque rústico del resto del comedor.


Las sillas estaban duras como piedras, y compramos los cojines básicos de Ikea que son comodísimos y lavan genial. Esto último es importante para mí, porque mis hijos han comido siempre muy bien desde el principio, pero nunca han querido babero y a veces han tenido “accidentes”. Sobre todo S. que lo quiere hacer ella todo “solita”.


En el mueble del comedor hay aprovechamiento, pero también cositas “cuquis”. Lo siento, pero soy muy, muy, muy de lo “cuqui”. Me chiflan los detalles. Miro mucho, y doy muchas vueltas, pero me gusta poder dedicar un pequeño apartado para adquirir piezas que den mi toque.


Las botellas de cristal y el jarroncito blanco y azul son rescatados por mi padre, que les dio brillo y lustre. En la parte de la izquierda, la ensaladera y la bandeja son del Corte Inglés, de las vajillas buenas que acaban vendiendo como piezas sueltas, casi regaladas, porque entera la vajilla vale un riñón. A la derecha, cajitas paras mis hilos y cositas de coser.


En el centro del mueble, todas las tontunas son de Maison du Monde. Es que tienen unas cosas sencillamente ideales y para todos los bolsillos. La joya de la corona es mi juego de té… ¿puede ser más bonito? Os diré que nada más sacarlo de la caja, ya me cargué un plato, pero lo he puesto para dentro y no se nota. A veces me doy cuenta que me quedo como atontada, delante del mueble, mirando una taza...podéis reíros libremente, pero ya sabéis que el origen de todo esto es disfrutar de lo bonito, lo pequeño y lo básico. Y a mí, ver estas tazas (por ejemplo), me encanta.


Espero que os haya gustado el comedor (os dejo fotitos). Como ya os he comentado en varias ocasiones, creo que cada casa tiene que hablar de las personas que viven en ella. La decoración en general, las tendencias, nos muestran ambientes excepcionales, nos dan muchas ideas, pero creo que es importante que una casa pueda ser vivida, cómoda y práctica para las personas que viven en ella.


Mi casa, desde luego, no es un museo.


Espero poder mostraros pronto otros proyectos en los que estoy trabajando. No quiero adelantaros nada para que el efecto sea mayor.


Vivir vuestra casa y disfrutar mucho de ella.


B.B.


Os dejo más fotos.


La mesa




Lo que era antes el comedor









1 Comment


Elena Pardo
Elena Pardo
May 25, 2020

Gracias por este deco_post! Qué bonito y que acogedor te ha quedado. Dan ganas de pasar otra cuarentena en ese comedor! Disfrutadlo mucho. 😘

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