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A mí yo del pasado


Ya son varias veces las que he escuchado a personas que aprecio, qué son responsables, que tienen sentido común, etc. lamentarse de haberse comportado de determinada manera en el pasado. No me refiero a personas que se hayan arrepentido de haber tomado determinada decisión, que se estén planteando como hubiera sido su vida si hubieran tomado otro camino…sino personas que desde la perspectiva actual piensan que hubiera sido más conveniente, adecuado, justo, etc. comportarse de otra manera con alguien o en una situación determinada.


Y no puedo negaros que me apena un montón...las veo personas tan excepcionales...


Con esto no quiero decir que no considere positivo reflexionar sobre el comportamiento pasado, ni que no crea que debemos aprender de los errores que hemos podido cometer en algún momento de nuestras vidas…ya sabéis que con todo estoy de acuerdo y creo que es nuestro deber reflexionar sobre cómo podemos ser mejores personas y ofrecer a los demás, y a nosotros mismos, nuestra mejor versión.


Seguro que todos podemos recordar una larga retahíla de metidas de pata, equivocaciones, salidas de tono, encabezonamientos, etc. (todas, nivel estratosférico, fijo) que hemos tenido a lo largo de nuestra vida…a mí de vez en cuando me vienen a la memoria alguno de mis episodios memorables y tengo la sensación de estar viendo una película…como si no fuera yo…y paso de verme como una mentecata…a desear pegarme una buena galleta…o darme mucha pena y creer que esa Isa del pasado lo único que necesitaba era un fuerte abrazo….pobre “ceporrita”, que equivocada estaba.


Soy una “preocupona”, y empleo más tiempo del conveniente pensando en cosas, situaciones, problemas que en realidad nunca van a suceder, algo que, por desgracia, para mí, me afecta a la salud más de lo que quisiera. Sé que es mi Talón de Aquiles y lucho día a día por darle (solo) importancia a aquello que lo tiene e intentar que mi mente no se vea secuestrada por un futuro que nunca tendrá lugar.


Siempre he sido muy impaciente, y a pesar de los ataques “justicieros” que me han robado más energía de la deseada, no he dejado de luchar con una fuerza bruta, por conseguir todo aquello que he deseado.


Soy muy exigente, lo que me lleva a ser incluso despiadada conmigo misma.


Pero…


Os digo todo esto, porque obviamente tengo mis áreas de mejora como todo el mundo, y de verdad que tengo un largo historial de errores, pero intento no centrarme mucho en ellos...creo que juzgar a nuestro yo del pasado, teniendo la información que tenemos ahora, sabiendo como la situación se resolvió, cómo pasó, como acabó, que pensaron las personas afectadas…no es solo injusto…es hacerse trampa…es declararse culpable de un delito sin que haya habido juicio.


La persona que tomó la decisión de hacer o actuar de determinada manera lo hizo con la creencia de que hacía lo mejor para sí o para la gente que le rodeaba, y en ese caso… ¿Qué podemos reprocharle?


Durante mucho tiempo, en algunos ámbitos de mi vida, mi impaciencia y mi sentido justiciero me hicieron sentir, en demasiadas ocasiones, que vivía una situación que no merecía…y he tenido que poder acumular experiencias, vivir, crecer, para entender que todo lo que me pasó, todas las decisiones que tomé, la manera en que elegí, se me ocurrió, o sencillamente pude afrontarlas en ese momento, son las que me han traído hasta hoy.


Durante mucho tiempo tuve fuertes dolores de barriga (que me hacían tener que estar cerca de un baño siempre) que me hicieron pensar que eran causados por mi carácter nervioso…sin querer transmitía la idea de ser “especialita” …y lo que me pasaba, y que descubrí mil años después, es que tenía sensibilidad al gluten…


Nunca me gustó beber, y era a la que justo me llegaba para beber champán, y ya “se me aflojaban” las piernas…también era rarita por eso…pero es que probablemente tenga alergia a los sulfitos (recién descubierto…una pena, por cierto, ahora que me había aficionado al vino.)


Os he puesto algunos ejemplos “tontunos” (la lista sería infinita), que parece que no tengan mayor repercusión, pero que me afectaron en algún momento de mi vida… ¿os imagináis la vida de una chica joven, en edad de entrar y salir, como podían afectarle estos dos pequeños detalles? Pues eso, que era la “rarita” y yo simplemente me lo creí…quizás podría haber afrontado algunas ocasiones de otra manera, seguro…pero si me encontrara a esta pobre ahora mismo, le daría un abrazo y le diría, no eres rara, te pasa algo que desconoces, pero justifica tu malestar, y si, quizás eres rara, o mejor dicho especial, pero por otras razones que no te imaginas.


Así que, por favor, por favor, por favor, aprendamos de nuestros errores sí, SIEMPRE, pero tengamos conmiseración por nuestros “yos” pasados, y no dejemos lugar ni espacio, al poso de la decepción, tristeza, con uno mismo…es algo que puede pesar demasiado en nuestro presente, qué desgraciadamente ya no tiene solución y nos roba energía de ser mejores HOY.


Os he echado un montón de menos❤


B.B.

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