top of page

Carta a Mateo



Desde que pensé en la posibilidad de tener hijos, imaginé en todo lo que haría para que mis hijos se convirtieran en adultos funcionales, maduros, responsables y fueran buenas personas.


Cuando ya fue un hecho estabas en camino, durante todo el embarazo y desde la incertidumbre e ignorancia de esta bonita espera, me monté la película sobre como actuaría en cada situación hipotética, en la que mi mente pensaba que, seguro, me encontraría tras tu llegada. Obviamente todas mis películas se desmoronaron después de tu nacimiento, porque si bien tu llegada me hizo conocer otra dimensión del amor (el más bonito y verdadero), también me llenó de dudas y miedos y me volvía loca, intentando hacer, en cada momento, aquello que consideraba que era lo mejor para ti. Seguro me equivoqué tres mil veces, pero nunca escatimé esfuerzo alguno y, en todo momento, intenté darte lo mejor de mí.


Con el convencimiento absoluto (incautas nosotras), las madres proyectamos como vais a ser y luego la vida, la genética, las situaciones que vais a ir viviendo, los aprendizajes que adquirís, las derrotas que sufrís, van forjando vuestro carácter y poco a poco os vais mostrando como sois realmente; cuales son vuestros poderes, vuestras “teclas”, vuestros miedos, etc.


De las películas que me monté, obviamente muchas cosas se han quedado por el camino por "fantasiosas" y otras realmente no se han dado, porque sencillamente, has mejorado mi guión original.


En una de las cosas donde no decayó mi voluntad y donde destiné parte importante de mis fuerzas, fue en transmitirte la pasión por la lectura. Desde siempre estuve obsesionada con la lectura, obviamente por su vertiente lúdica; como una opción que podía llegar a ser como el mejor de los videojuegos, pero también porque pudieras tener al alcance todas las herramientas posibles y toda la información necesaria para poder generarte tu propia opinión sobre los distintos temas; porque pudieras desarrollar tú propio criterio, que te permitiera ser crítico con todo, y que todo lo que decidieras hacer lo hicieras desde el convencimiento de que era aquello que querías hacer realmente en cada momento, sin dar por sentado ninguna historia que nadie te pudiera intentar vender.


Siempre ha habido un momento para leer, para comprar un libro, para hacer el carnet de la Biblioteca (aunque tu hermana no llegue ni al mostrador), para leer y releer un tebeo de Mortadelo y Filemón…recuerdo cuando la yaya quiso comprarte un tebeo por el barrio y no solo no lo encontró por ninguna parte, sino que incluso, una de las señoras que le atendió, le vino a decir que era algo del Pleistoceno. Y yo pensé que esta señora no te había oído reír a carcajadas, ni podía saber la cantidad de momentos que tú y yo estábamos generando con estos dos tontainas, que esperaba que quedarán en tú corazón, igual que permanecerán en el mío para siempre.


Siempre he disfrutado de leerte, mientras tú y tu hermana os intentabais acomodar entre las mollas de mi barriga maltrecha, intentando buscar la primera fila.


Aún recuerdo con emoción tu despertar a la lectura, escuchándote pronunciar todos los fonemas, y cómo ibas viendo en cada cartel, cada matrícula, cada etiqueta, un motivo para leer…ahora que lo está pasando tu hermana, no puedo evitar que se me haga un nudo en la garganta otra vez…no deja de ser una de las muestras de que os hacéis mayores, demasiado rápido.


No pensé que hubiera nada más bonito que leerte, ni que mi libro favorito no fuera “Orgullo y Prejuicio”, pero otra vez me he equivocado, y la vida me ha demostrado de que no hay nada definitivo y que siempre hay un buen motivo para cambiar de opinión, y es que más bonito que leerte, es oírte leer a ti, con tu “dulcedita” voz ceceante, “agravada” por esos dos “dentolos” que te han caído y te han dejado un precioso agujero en tu boca, igualito al que tuve yo con tus mismos años. Es darme cuenta que mi libro favorito es Charlie y la Fábrica de Chocolate, leído por ti, y porque el gran corazón de Charlie bien podría ser el tuyo, y porque no podría estar más orgullosa de la personita en la que te estás convirtiendo.


A vosotros que cada día me enseñáis algo diferente y aunque habéis puesto patas arriba toda mi vida y mis creencias, hacéis que todo sea mejor. Os adoro❤


Besos


B.B

 
 
 

Comments


bottom of page