"Dios no podía estar en todas partes; por eso creó a las madres"
- lobonitodelobasico
- 3 sept 2020
- 3 Min. de lectura

(proverbio judío)
Llevamos varios días en casa y he de confesaros que, aunque estoy muy cansada, y que no he podido hacer todas las cosas que tenía planeadas, la vuelta ha sido mejor de lo que me había imaginado.
No hace tanto calor como esperaba.
He vuelto a ponerme vestidos.
La nena ha empezado la guarde y el nene está genial, disfrutando de unos días para él solo.
El temor sigue presente, pero como siempre me sucede, es una preocupación que me causa más angustia cuando la imagino que cuando vivo la situación que la motiva. Así de traicionera es mi cabeza. Las palabras de mi padre sobre el “hay que seguir”, cobran un significado diferente estando ya aquí.
Nuestra casita sigue siendo nuestro refugio aquí también.
Veremos a ver como se da la vuelta al cole del mayor la semana que viene, e iremos cruzando ríos, conforme vayamos llegando a puentes.
Esta foto que os muestro hoy, es un rincón de nuestro cuarto.
Tanto los cabezales, como las mesitas, las lamparitas, los soportes y los marcos son de Ikea.
Los cojines los hizo mi madre y el cubre es vintage (heredado vamos🤣).
Los cuadros son unas láminas que compramos en nuestra Luna de Miel en China, que representan las cuatro estaciones. Las fotos también son del viaje de novios; todas juntos, a excepción de las de los extremos, en la que estamos solos y que es el lado de la cama en el que dormimos cada uno.
(sí, en primer plano también podréis ver lo que son discos vertebrales... es lo que tiene estar casada con un especialista en implantes de columna🙄 )
Y allí al fondo…hay un libro. Se llama “Cómo multiplicar la inteligencia de su bebé” y me lo regaló mi madre embarazada de Mateo. Seguro podréis imaginarme como madre primeriza: me cuidaba un montón, seguía todas las recomendaciones y me esmeraba en dar el 200% para ser la madre perfecta. No sé si lo creéis, pero no lo acabé (aunque albergo la esperanza de poder hacerlo) y, aun así, me niego a guardarlo en la estantería porque me sirve de recordatorio, siento que cumplió una importante función y creo que es ideal para cualquier futura mamá.

Mi niño fue perfecto, pero el parto fue muy duro y tuve algunas complicaciones de salud lo que, añadido a otras circunstancias, hizo que pasara unos días muy duros.
Además de tener un bebé de ensueño y el gran apoyo familiar que sentí, fue este libro lo que me dio mucha fuerza.
Las embarazadas y las mamás están llenas de dudas y, continuamente, se están cuestionando su propia capacidad para proporcionar a sus hijos el cuidado que ellas creen que realmente necesitan. A esta inseguridad contribuye nuestra falta de experiencia, pero también y dependiendo de cada caso, el entorno.
La gente se empeña en dar consejos que no se han pedido, en contar sus propias experiencias, etc…y esto no deja de ser una especie de “riego por goteo” que, poco a poco, va haciendo mella en el concepto que una madre tiene de sí misma, al desempeñar este rol.
Os recomiendo de todo corazón este libro, pero no quiero perder la oportunidad de daros algunas pinceladas sobre lo que os podréis encontrar, porque estas palabras son siempre punto de anclaje para mí.
Cuando dudo de mí misma o me hacen dudar, quiero pensar que la suerte de nuestros hijos es tenernos como madres. No somos perfectas, pero nadie los quiere más y los conoce mejor que nosotras.

En estos días de dudas e incertidumbre, confiad en los profesionales (Leandro es el mejor para mí y me ha servido de súper gran ayuda siempre) … pero no os olvidéis tampoco de todo lo anterior.
No lo digo yo, lo dice ella 😎

Un abrazo,
B.B.
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