El día de la madre
- lobonitodelobasico
- 1 may 2021
- 3 Min. de lectura

Ya sabéis que, aunque soy muy “celebradora” no me gustan mucho “los días de”, salvo y, sobre todo, el día de la Madre. Este año, el calendario ha sido caprichoso y ha hecho que coincida, en el mismo fin de semana, con el día del "Trabajo”.
Y, en realidad, aunque parece casualidad, tendría todo el sentido del mundo que fueran de la mano.
En los tiempos que estamos viviendo, afortunadamente, está muy interiorizada la idea de que la igualdad de la mujer es básica para que nuestra sociedad pueda avanzar y desarrollarse de manera justa y equilibrada en el futuro.
No podría estar más de acuerdo, pero creo que es necesario ir más allá. Si consideramos que la figura de la mujer, en muchos ámbitos, no ocupa la posición que justamente merece, ¿os habéis parado a pensar en qué situación queda tras ser madre?
No me gustaría que las mujeres que no son madres, se sientan ofendidas. Es solo que considero necesario contemplar este aspecto de manera más detallada, y es que la realidad de una mujer se complica exponencialmente al convertirse en madre. Hablar que ser madre es una de las mejores experiencias que puede vivir una mujer está muy bien, porque es totalmente cierto, pero completar la frase diciendo que es también un viaje complejo, es algo que se obvia. Poner el foco en este tema tan delicado implica a muchos estamentos y agentes sociales, por lo que reconocer su existencia es admitir que no se están haciendo las cosas bien. La protección a la maternidad debería ser prioritaria, garantizándose el apoyo necesario a las madres.
Creo que ya os lo he comentado en alguna otra ocasión, pero con el nacimiento de mi primer hijo, sentí que mejoraba en muchos ámbitos de mi vida, y en concreto, pensé qué me había convertido también en mejor trabajadora. Sí, mi vida se había complicado de una manera inesperada, pero curiosamente era capaz de organizarme mejor, planificar de manera más eficiente y establecer prioridades inmediatamente.
Pero curiosamente también, cuando más competente me sentía por haber encontrado un equilibrio perfecto entre experiencia y conocimiento, el sistema me obligó a elegir entre ser la madre que consideraba que debía ser o trabajar duro por conseguir el puesto de trabajo para el que me consideraba capacitada.
Las mujeres de mi generación, que nos han educado en el “trabaja, estudia, se independiente, lucha por lo que quieres”, cuando somos madres, de repente, nos enfrentamos a una terrible contradicción…entre la forma de vivir para la que nos hemos preparado desde que tenemos uso de razón, pero sin despojarnos de los roles tradicionales asociados a una mujer que se convierte en mamá.
Ha habido momentos en qué lo he pasado mal, porque he asociado, injusta y erróneamente, parte importante de quién “era YO como persona” a quién “era YO como profesional”, y al no avanzar en este último sentido, creo que, en algún momento, he llegado a considerar que “dejaba ser” en el primero.
Dicho lo cual, y a pesar de todas las luces y las sombras de esta aventura que es la maternidad, estoy convencida que mi proyecto más personal, el que elegí, el que ganó, LO MERECE TODO. Qué no hay motivo más bonito, ni causa más preciosa en la que embarcarse.
Hoy quiero hacer mi tributo a NUESTRAS MADRES y a NOSOTRAS, qué también lo somos, y que llevamos a cabo la tarea más difícil, pero también la más maravillosa, que es la de educar a los hombres y mujeres de mañana.
Qué nuestras madres se merecen la LUNA y que el amor que sentimos por ellas se multiplica al convertirse en una de ellas, porque entonces, solo entonces, LAS ENTENDEMOS y ya no las miramos de igual a igual, sino que lo hacemos desde la más profunda ADMIRACIÓN, como cuando éramos pequeñas, porque entonces, solo entonces, cobra sentido de nuevo aquello de que realmente no hay mujeres más BUENAS ni PODEROSAS.
Ser madre es ENTREGA, pero también es la oportunidad de sentir el amor más puro, sincero, verdadero, generoso, que una persona puede experimentar.
Así que, si alguien se merece cuidado, esmero, respeto y todo el amor del mundo es una MADRE, en concreto la mía que ES LA MEJOR.❤
Nunca dejemos de darles su sitio, de reconocerlas y quererlas.
Un abrazo,
B.B.
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