El poder de lo relativo
- lobonitodelobasico
- 4 mar 2022
- 4 Min. de lectura

No sé si os habéis parado a pensar en qué hace apenas diez días, nuestras conversaciones iban sobre el precio de la luz y de la gasolina, andábamos preocupados por el COVID, por miedo a cogerlo nosotros o alguno de nuestros familiares, por sus limitaciones, deseando que acabara ya todo y pudiéramos volver pronto a lo que considerábamos LA “normalidad”.
Desde hace varios días, tenemos el corazón encogido en nuestro pecho y en muchas ocasiones, nos aguantamos las ganas de llorar ante la locura que se está viviendo en Ucrania, incapaces de entender como nos vemos “obligados” a seguir con nuestra vida diaria cómo si nada estuviera pasando; como si la gente no estuviera muriendo, como si miles de personas no estuvieran perdiendo sus casas o como si otras tantas familias no se estuvieran rompiendo, a causa de un conflicto que no somos capaces de entender.
¿A qué durante estos últimos diez días no habéis dedicado ni un segundo a pensar en el COVID? Y no porque no os comportéis de manera responsable, estoy segura que lo estáis haciendo, porque las medidas preventivas las tenemos tan automatizadas como el conducir o montar en bicicleta…, pero estoy convencida que el riesgo de contagiaros ocupa de las últimas posiciones de entre vuestras preocupaciones. Meses interminables, este cochino virus nos ha alejado de la familia, nos ha robado besos, risas y abrazos…hemos vivido la incertidumbre y la congoja más verdadera intensa conocida para muchas generaciones hasta la fecha y ahora, hoy, ya no importa.
¿Porqué?
Porque todo es relativo.

Abraham Maslow en 1943 desarrolló una teoría psicológica que trataba sobre la jerarquía de necesidades humanas, que se conoce como “la pirámide de Maslow”. La idea es muy sencilla. Esta pirámide tiene cinco niveles que recogen la totalidad de las necesidades que podemos experimentar las personas a lo largo de nuestra vida y las “ordena” según la importancia que tienen para nuestro bienestar. Estas necesidades serían el origen de nuestra motivación para actuar en cada momento, ya que cada acción estaría encaminada a cubrir alguna de ellas. ¿El matiz? Qué solo pensaríamos en cubrir las necesidades incluidas en los niveles superiores cuando las que están en niveles previos han sido cubiertas.
¿Qué demuestra todo lo acontecido en los últimos años, y en concreto, en los últimos días? Qué subimos y bajamos cada escalón dependiendo de la situación en la que nos encontramos en cada momento vital, con carácter general, y en cada situación, en particular.
La pandemia llegó con fuerza para “apedrear” nuestra “falsa” sensación de seguridad y recordarnos que estábamos dando por sentado cosas, costumbres, PERSONAS… por las que tuvimos que empezar a dar gracias cada día. Durante meses añoramos rutinas sencillas de nuestro día a día, de las que antes del cochino virus, no parábamos de protestar: tirar la basura, hacer la compra, llevar a los niños al cole, los parques, ir a trabajar, etc… La pandemia afectó, en mayor o menor medida, a todos los niveles de la Jerarquía de Maslow. Ahora, que parecía que íbamos retomando nuestras vidas…
Zas!
Todo pasa a un segundo plano y nuestras necesidades vuelven a cambiar.
Este conflicto afecta a algo más profundo que la salud…atenta directo a nuestro modo de entender la vida, a nuestra libertad, a nuestra seguridad…, aspectos sin los cuales ni siquiera la salud tendría sentido…ahora, en Ucrania, hay gente que está prefiriendo poner su vida en juego, a vivir sin dignidad, luchando por aquello en lo que creen que es una mejor vida para ellos y para sus familias.
Y nosotros a miles de kilómetros, como el resto de Europa, y el resto del mundo, sin acabar de entender, porqué estamos repitiendo errores tan graves del pasado, porqué todavía existen personas para las que otra vida no significa nada y porqué es tan difícil dejar que cada uno elija la vida que quiera vivir, desde el respeto más absoluto. Las democracias dan miedo a muchos ignorantes, porque dejar que cada uno de nosotros tenga criterio propio, puede suponer una amenaza para aquellos que quieren imponer un pensamiento único.
Estos días es difícil seguir con nuestra rutina y cómo siempre, y en cada asunto, en casa intentamos dar respuesta a todas las preguntas que nos hacen nuestros hijos y también, hemos intentado explicarles, con la máxima delicadeza posible, este conflicto bélico. Veníamos del cole ayer, hablando sobre esto, y me vinieron a la cabeza todas las diferencias que tengo con las personas a las que quiero, con las que trabajo, con las que me rodean y di gracias, gracias por poder vivir en un país en el que discrepar no es sinónimo de morir y gracias, porque estoy convencida de que la diversidad, nos enriquece.
Y bueno, creo que queda claro ya de una vez por todas, que tenemos que aferrarnos fuerte a la incertidumbre, como esa amiga qué está como una cabra y es un poco pesada, pero como ha ido contigo al cole desde pequeña, y te da como pena, la aguantas intentando aceptarla tal como es.
No quisiera que este fuera un mensaje negativo, sino que sirviera para reflexionar sobre cómo, a veces, muchas preocupaciones triviales nos roban, con frecuencia, demasiada atención y energía, que podríamos destinar a cosas bonitas que nos alegran la vida y el alma.
Abrazar fuerte a las personas que queréis bien y no os dejéis ningún beso por dar.
Un abrazo.
BB
( La imagen de la Jerarquía de Necesidades de Maslow es de https://www.mindicsalud.com/blog/la-motivacion-detecta-tus-necesidades-y-reconoce-los-obstaculos)
コメント