La Familia

Ayer, al final del día, me enteré que era el día de la Familia…y me puse a pensar (qué raro! dirán algunos, y tendrán razón😜)

No soy mucho de “días de” (aunque he de confesaros que siempre me ha encantado el 9 de Octubre, que es el día de los enamorados en Valencia, y el día de la madre)…pero al cumplir años, cada vez soy más consciente de la importancia de la familia, así que, efectivamente, se merece una celebración, pero por todo lo alto, cada día.

Cómo nos pasa a todos, no le damos la importancia a lo que realmente la tiene, hasta que pierdes lo importante o te vas haciendo mayor, y vas viendo como el tiempo ha ido pasando y acabas entendiendo lo que la tiene y lo que no.

La familia, por desgracia, en ocasiones ha sido criticada porque se ha asociado solo a determinado movimiento de pensamiento, pero la realidad es que, salvo tristes excepciones, como institución no tiene igual.

No voy a entrar a definir lo que es, porque además del núcleo familiar, donde nacemos y crecemos (que eso no tiene ninguna discusión), la familia va variando; ampliando el número de componentes según la edad, circunstancias…Todos conocemos a buenas personas a lo largo de nuestra vida, que demuestran estar a las duras y a las maduras, y que acabamos considerando como esas personas cercanas, a las que queremos, necesitamos, con las que reímos y también lloramos, con las que deseamos compartir aquello que vivimos y tenemos.

Si os paráis a pensar, la familia es aquello que siempre está…para todo. Se encarga de velar por nuestra salud y bienestar desde el momento del nacimiento hasta el final. La forma en que cubre nuestras necesidades va variando, pero si os dais cuenta, las necesidades son siempre las mismas: alimentación, seguridad y cuidado… y cariño, mucho cariño.

Cuando somos bebés nos dan de comer (literalmente), porque no somos capaces de hacerlo por nosotros mismos, pero de adultos, cuando se supone que si, pero nos vienen mal dadas, el plato de comida siempre lo encontramos en la mesa de la familia.

Cuando somos bebés, están atentos en casa para evitar que nos hagamos daño, puesto que no tenemos la condición física ni psicológica necesaria para hacerlo por nosotros mismos…cuando somos mayores, es la familia la que nos cuida cuando enfermamos…

Cuando somos niños y nos caemos, alguien nos molesta en el cole, etc. es a la familia a la que acudimos para encontrar consuelo, un abrazo que nos dirá que somos queridos y nos dará seguridad. Al ser mayores, cuando tenemos problemas en el trabajo, con amigos, con la pareja, es en casa donde buscamos el refugio, el desahogo, que necesitamos y donde encontramos la fuerza para continuar.

En estos días de confinamiento, mucha gente estará preocupada por cómo evolucionará su situación económica, ante la situación tan extrema que estamos viviendo, pero también es cierto, que mucha gente no añorará nada material, sino ver, abrazar, achuchar a SUS personas.

Porque si, la tecnología en este caso, nos ha hecho más fáciles las cosas, pero nada sustituye un fuerte abrazo y mil besos de tu madre, padre, hijo, abuela, hermano, tíos…NADA.

La realidad tal cual la conocemos, seguramente no volverá, o tardará mucho en hacerlo, pero lo que seguro permanecerá intacto, será el amor por todas las personas a las que queremos y echamos de menos,

Así qué, creo que deberíamos decir SI y SI, y mil veces SI a la familia, porque se lo merece todo, y porque a pesar de nuestras discusiones y desacuerdos, siempre está ahí, dándolo TODO para que no nos falte de NADA.

A los que no os tengo cerquita, que sepáis que os quiero y os echo mucho de menos❤

B.B.