La fuente
- lobonitodelobasico
- 9 may 2020
- 3 Min. de lectura

Para muchos de vosotros esta fuente no os dirá nada, para otros, esta fuente será la del homenaje a Sorolla, la que está en la Plaza de la Armada Española, enfrente del Puerto, al lado de la Policía Local, al "ladito" del tranvía o al final de la Calle de la Barraca.
En casa, sin embargo, tiene historia adicional. Y hoy, como cada vez que la vemos, nos acordamos de ella.
Digamos que yo he sido más de libros y poco “ágil”.
Mi padre siempre me ha dicho que tengo una manera de correr muy “divertida”. Lo cierto es que, aunque en los diferentes deportes que he practicado a lo largo de mi vida, he puesto mucha voluntad, el cuerpo no me ha acompañado demasiado.
Para que podáis haceros una idea, os confesaré que lo único que suspendí durante mi etapa académica fue un trimestre de gimnasia en primero de BUP. La evaluación de gimnasia deportiva se me atragantó, pero no sabéis de qué manera.
No sabía ni hacer una voltereta (literalmente)
En mi casa, desmontaron el comedor y me pusieron colchonetas y cojines por todos lados, para mitigar los efectos de una mala caída, pero ni aún así.
Era verme cabeza abajo y darme los mil males (me entraba angustia, ganas de llorar,...) Mi madre me empujaba el culo, mi hermano me tiraba de una pierna, un brazo o lo que se terciara…. pero nada.
Finalmente, después de semanas de desesperación, conseguí dar la vuelta, pero no levantarme.
El culo me pesaba demasiado.
Desesperada, fui al examen de gimnasia y le dije a mi profesora que haría lo que fuera pero que no podía suspender. Se ve que le di tanta pena, que tras analizar el resto de notas de otras evaluaciones y las otras asignaturas, me aprobó.
En fin, solo para contextualizar. Vamos al tema de la fuente.
Mis abuelos vivían en la calle de la Barraca. Yo no sé si tendría seis o siete años, y junto con mis padres y mi hermano, fuimos a verlos, y no sé cómo fue la cosa, pero allí acabamos. Antes no estaba tan bonita como está ahora, pero también había unos "banquitos" alrededor de la fuente. Mis padres y mis abuelos se sentaron en uno, mi padre se puso a leer el periódico y mi hermano también estaba por ahí danzando, pero no sé haciendo exactamente qué.
La cuestión es que yo tuve la feliz idea de ponerme a caminar por el "bordecito" de la fuente.
Mi padre, ladeó un poco el periódico y me dijo:
“I, bájate de ahí, que te vas a caer”
Y yo, claro, que me sentía como Spiderman, pensé eso que pensamos mucho los hijos, que nos creemos lo más y que sabemos más que los padres. Total, que yo seguí dando mis "vueltecitas", cual trapecista toda “pepa”.
Mi padre, again:
“I. te vas a caer!”
Su "tonito" iba variando (claro está, a peor), pero la confianza en mí misma, por el contrario crecía y crecía, porque después de un rato largo, yo sentía que dominaba la cuestión, y era de ahí, al circo.
Hasta que tan confiada y "flipada" andaba por el borde, que ni lo miraba, y
“CHOF”
Mi padre a mi madre: “A., tu hija se ha caído...dentro de la fuente”
Yo me acuerdo todo como en plan película, ver como a través del agua, en plan profundidad (y quienes conozcan esta fuente sabrán que tiene solo dos palmos tirando por lo alto). Recuerdo que me rescató un chaval que al verme tiró la bicicleta.
De repente apareció gente por todos lados, y yo, estaba estupefacta.
Lloraba como una ceporra.
Mi precioso conjunto de bermudas y camisa rosa con flores que me había hecho mi madre, chorreaba.
Me llevaron a casa de mis abuelos, y recuerdo el sonido de ir por la Calle de la Barraca: “chof, chof, chof”…
Obviamente, yo seguía llorando.
A quién me encontraba, le decía a grito “pelao”: “queeee meeee heeeeee caídoooooooo!” (agua y mocos me caían por igual). Mi padre no sabía el hombre para donde mirar.
Tras quitarme la ropa mojada, y envuelta en una toalla, nos fuimos a casa, yo en brazos de mi padre, hasta el coche.
Imaginaos el panorama.
Así que esta fuente sí, es un homenaje a Sorolla, pero también es LA anécdota acuática de mi casa.
Haced caso a vuestros padres, que siempre (o casi siempre) tienen razón😜
Esto es un homenaje a mi padre, que tantas veces que me he caído "a alguna fuente" (a pesar de él ser consciente que así iba a ser), tantas veces me ha ayudado a levantarme, por mucho "chof, chof" que hiciera al caer. Te quiero papi ❤
B.B.
Lo que me he reído imaginando la escena. Benditos padres...