top of page

La Perseverancia



Mi madre siempre me cuenta que cuando iba a tercero de E.G.B., tenía un profesor que se llamaba Don Felipe, al que llevaba por la calle de la amargura, pero no por mala estudiante, ni gamberra, más bien por todo lo contrario que, aunque creáis que esto no debería ser un problema, si puede llegar a serlo (y sino preguntadle a alguno de los profesores que he tenido a lo largo de mi trayectoria académica).


En concreto, de este señor, mi madre me comenta qué un día mandó unas cuentas y luego las corrigió en la pizarra. La cuestión estaba en qué por muchas veces que revisaba las operaciones, a mí no me daba lo mismo que al profesor y yo iba y le decía: “perdone señor Felipe, pero creo que no está bien” y él, como que me venía a decir “niña, vete por ahí”, pero yo seguía sin verlo claro y volvía…no recuerdo ahora mismo como se desarrolló el desenlace, pero la cuestión es que tenía yo razón (siempre se me han dado muy bien las matemáticas). La cuenta de la pizarra estaba mal.


El que fue mi tutor de sexto, séptimo y octavo, Carlos, que era el profesor de Lengua y Francés, no paraba de decirle a mi madre que era muy estudiosa pero que también era “un grano en el culo” (literalmente) porque, como creo que os he comentado ya en otras ocasiones, yo era muy justiciera y si algo no veía claro, pues no me callaba. De hecho, no sé a qué años exactamente, mis padres me prohibieron decir “no es justo”, porque se ve que no paraba con la justicia para arriba y justicia para abajo…de hecho, fui consciente de bien mayor, que seguía sin usar la palabra “justo o injusto”.


El qué fue mi profesor de Francés en el Instituto le decía a mi madre que era “la bomba” y la de matemáticas, estaba hasta el moño de mí, justo porque yo no paraba hasta que no entendía lo que la profesora estaba explicando.


Luego en la facultad, de hecho, fui la única que en Estadística le hacía caso al profesor.


Si le preguntáis a mí hermano, seguro que os dirá algo similar.


Yo, en cambio, prefiero llamarlo PERSEVERANCIA.


A veces pierdo algo de tiempo protestando por la justicia o no del hecho o situación (no soy perfecta y la cabra siempre tira al monte).


A veces necesito más tiempo que los demás, porque analizo demasiado las cosas.


A veces el miedo me paraliza…demasiado frecuentemente la necesidad de control me domina y me genera una innecesaria ansiedad, porque obviamente, no todo se puede tener bajo control.


A veces tanto mi deseo de estabilidad, como mi sentido de la responsabilidad me impiden asumir riesgos.


Pero...


Aunque este confinamiento me ha afectado anímicamente, también me ha traído cosas buenas y es que me he desprendido de algún miedo y pese a todo, o justo por todo, he decidido EMPRENDER.


He aceptado y dejado fluir mi CREATIVIDAD, algo que me hace super feliz.


Todavía no puedo contaros más cosas porque quiero poder tenerlo todo cerrado, pero si tengo ganas de contaros que estoy trabajando en algo muy bonito que me representa a mí y al espíritu de este Blog.


No va a ser fácil, porque voy a tener que gestionarlo junto al resto de mis responsabilidades, pero NO ESTOY SOLA, ya que tengo a las mejores escuderas y TENGO ILUSIÓN, MUCHA ILUSIÓN. Y lo que podría considerarse trabajo, para mí es refugio.


Así que, no, no va a ser fácil, pero como soy PERSEVERANTE, lo conseguiré como tantas cosas he conseguido hasta la fecha.


Y si no sale bien, desde luego no me quedaré con la incertidumbre, ni con la pena del “y si”. Para mí, la sensación de haberlo intentado todo hasta el final es fundamental. Nunca me doy por vencida.


Un abrazo!


B.B


 
 
 

1 comentario


amparopresencia
27 ago 2020

Isabel,solo por la ilusión y ganas que pones y por la " perseverancia" todo irá muy bien,mi madre en paz descanse,decía " el que la sigue,la consigue" adelante con los sueños de cada uno.

Me gusta
bottom of page