Un verano diferente
- lobonitodelobasico
- 2 ago 2020
- 3 Min. de lectura

A M. como a mí, le encanta remolonear al despertarse, y especialmente le gusta que vaya a achucharle en la cama.
Anteayer, me dijo:
“Mami, ¿sabes lo que he soñado esta noche?”
“¿Qué?”
“Qué iba a Santander”
Le di un abrazo y le dije que yo también quería ir, pero que este año iba a ser un verano diferente. Que el dichoso coronavirus todavía no se había ido y que aún no podíamos hacer nuestra vida normal.
Cuando se lo dijo a mi padre, su respuesta fue:
“Yo lo sueño todos los días”
Y se me encogió un poquito el corazón💔
Sé que nos invitan a intentar a hacer la vida más normal posible, pero lo cierto es que no se si por realista o por negativa, yo siento que el peligro sigue demasiado presente.
Creo que el verano nos está haciendo como vivir un espejismo.
El buen tiempo, el sol, el día que alarga junto con las ganas acumuladas de calle, amigos, aire libre, familia…, se han convertido en ocasiones, para algunos, en un tándem peligroso que les ha hecho tomar decisiones equivocadas.
Parece que el invierno y la primavera, el frío y el mal tiempo, acompañaba y hacía más llevadera la reclusión. Ahora el sol, parece que nos llama a salir y disfrutar en la calle.
Hacía falta movimiento, lo necesitaban niños, mayores, negocios, empresas…pero se oyen noticias que son bastante preocupantes.
Quiero creer que de experiencias negativas pasadas hemos aprendido.
Quiero creer que el personal médico tiene más información sobre cómo tratar los síntomas que esta maldita enfermedad causa.
Quiero creer que los gobiernos han aprendido a realizar una mejor gestión de los sistemas de control, seguimiento, etc.
Quiero creer que tantos muertos no solo han sido números.
Sé que el aprendizaje no es igual de efectivo cuando la experiencia no se vive en primera persona, pero a pesar de todo, quiero pensar que la gente sabe que la solidaridad es más que salir a un balcón a aplaudir o a cantar.
Solidaridad es arrimar el hombro por los demás.
No puedo negar que al salir a la calle siento cierta inseguridad.... también es cierto que en todos los comercios del barrio siento que son súper respetuosos con las normas y procedimientos establecidos para evitar cualquier posible contagio.
Es cierto que tenemos que aprender a convivir con el bicho, porque lo contrario significaría no vivir. Hay que asumir que no estamos exentos de riesgo y confiar en qué, tomando las medidas sanitarias pertinentes, siendo responsables, este riesgo es menor.
Por eso, en casa, aunque hacemos vida normal, intentamos ser muy prudentes, dejando de hacer cosas que en condiciones normales haríamos sin pensar.
Por eso me enfada enormemente, ver a gente que no respeta las mínimas condiciones de seguridad, gente que se cree inmune, gente que piensa que el riesgo no es tanto, que solo piensa en el “aquí y ahora”, sin pararse a pensar en cómo puede afectar a su entorno: madres, padres, abuelos, etc.
No quiero hablar de gente joven en concreto, porque no me gustan las generalizaciones y no creo que deban pagar justos por pecadores, pero sí que es verdad que en este colectivo se repiten patrones peligrosos que nos pueden perjudicar a todos.
Ayer leía un artículo de una chica que había decidido dar su testimonio sobre cuál había sido su experiencia tras haber superado el Covid-19 y los efectos secundarios que este le había dejado y eran espeluznantes…que si se le caía la baba, que si no podía estar sola, que le costaba hablar, leer…puf. Había considerado pertinente dar un paso adelante viendo el comportamiento de algunos jóvenes que se habían creído eso de que a ellos no les afectaba.
No puedo creer que esta gente inconsciente no lea el periódico, vea las noticias, oiga la radio, y no sea conocedora de cómo esta enfermedad ha afectado a familias, negocios… ¿han oído el número de personas que no reciben ingresos?, ¿las que no tienen trabajo?...
Aprovecho este espacio para dar voz a mucha gente que es consciente del peligro que estamos viviendo, que es responsable por sí misma y por los demás, y que quiere que la normalidad vuelva pronto.
Seamos responsables y solidarios, pero de verdad. Con hechos, no con palabras.
Cantabria, bien cierto es que eres infinita y hasta que podamos visitar tus preciosas y verdes tierras y reencontrarnos con nuestra querida familia de nuevo, recordaremos los buenos momentos felices vividos allí. Pronto volveremos.
Un abrazo,
B.B
Me encanta tu reflexión, algunas personas somos conscientes de lo que esta ocurriendo y otras miran para otro lado.En estos momentos tan difíciles hay que reiniciar nuestras vidas hasta que termine esta pesadilla.